viernes, 10 de diciembre de 2010

Llamas

(Noviembre 8, 2006)

Estoy de un genio insoportable. El comportamiento de mis hijos es la causa y experimento lo que toda la vida vi en mi padre: frustración. Me apena pensar que pueda pasarles lo que a mí, que la gente deje de confiar en mí porque no hago lo que ellos esperan. Hubo un tiempo en que una pantalla me hacía creer que no me importaba agradar a mis padres. Pero las regresiones me hicieron ver lo contrario: hubiera dado mi vida por complacer a mis padres. Más ellos nunca lo supieron. No importaba cuanto me esforzara por ser la mejor alumna, la mejor deportista, la actriz más destacada de la obra de teatro estudiantil... nada de eso era importante para papá y mamá.

Entonces ese era el sistema con el que había crecido y el que registraba me memoria como para hacer crecer a mis hijos... ¿Por qué me sorprende que a ellos les importe un bledo agradarme? ¿Cuántas veces no he faltado a las presentaciones de Andrea? O, ¿acaso me siento con Andy a chequear si tiene problemas escolares?

No es la ira la que debe ser resuelta en mí, sino el sistema con el que estoy operando en el ámbito familiar... Esto no es posible verlo tan claramente como se lee aquí, no al menos en ese año, ahora que lo estoy escribiendo cuatro años más tarde me doy cuenta que ese día comenzó el cambio del sistema, con la regresión: Llamas.

"Lo primero que diviso es un panorama con un volcán que emana humo. Atrás unas montañas de mediana altura y en sus faldas una carretera. (en mi tiempo presente me cuestiono que esto pueda ser verdad porque las carreteras son recientes y yo pregunté por la primera vez en mi existencia). En fin...

Por la carretera escucho llegar un coche. En el coche, cuatro o cinco soldados, que de pronto se bajan. En sus rostros la preocupación, el miedo. Comienzan a correr. Uno de ellos soy yo, y mientras corro llevo virada la cabeza, como si estuviera viendo si alguien nos persigue. Eso impide ver el camino por el que voy. Me doy cuento en donde he caído, demasiado tarde.

Mis compañeros y yo nos estamos hundiendo en un lodazal negro con olor a combustible. Ha oscurecido y uno de mis amigos saca una fosforera del bolsillo de su uniforme para alumbrarnos un poco. Una chispa de la flama cae al suelo...

Ahora mis compañeros y yo estamos volando por los cielos, envueltos en una bola de fuego, hace mucho calor, pero en el fondo me agrada esa temperatura... porque ya no soy más un soldado, soy una partícula de fuego, al igual que mis compañeros".

Cuando retorno a tiempo presente el mensaje de la regresión se grava en mi consciente: Como estoy tratando de implementar un nuevo sistema, un nuevo orden de cosas, eso es imposible con los elementos que actualmente poseo, necesito más fuego, más pasión, para lograrlo y la regresión me dio abundantemente.

Bien amigos, espero que esta experiencia que ayudó a mi vida implementar un nuevo sistema en la convivencia con mis hijos, les ayude en algo a ustedes. Me despido hasta la próxima semana no sin antes recordarles que el libro "Stella, la vida después de la muerte", disponible en Amazon en http://amzn.to/dlvMbo contiene las experiencias de todo un año de regresiones... El camino hacia un salto evolutivo lo puede encontrar en esta mi primera obra.





No hay comentarios:

Publicar un comentario