viernes, 17 de septiembre de 2010

La Nube

Algún día del 2004...
La visión se abre con algo suave que creo que ya he visto anteriormente y se asemeja al algodón, pero no es algodón, es una nube. Bueno, yo soy esa nube, pero no su totalidad, sino una sola parte; tal como sucede con el agua, el aire, la tierra y los seres humanos; somos partículas unidas, y cada partícula tiene pensamiento propio; pero esa unión es tan indivisible que hasta siento que las que están a mi lado, sienten lo mismo que yo.

Estoy algo perturbada y por tanto quienes me rodean también lo están, el ambiente blanco y suave del principio se torna en turbio, pesado y gris. Eso nos produce angustía, ira y ganas de estallar. Ya no podemos más y comenzamos a botar aquello que nos estorba.

Veo que en la tierra se ha desatado una torrencial lluvia que dura varias horas. La nube se ha quedado sin el exceso de agua y cada una de sus partículas se siente aliviada, adopta entonces la forma blanca y suave que tuvo en su principio.

Cuando inicié la sesión estaba exhausta. Es que desde que me levanté a las 5 de la mañana no he parado y ya son las 10 a.m. Primero fue atender a mi hijo de 14 años para que fuera al colegio militar donde estudia, y al que lo voy a dejar todas las mañanas; de regreso, apurar a mi hija Andrea y a David para hacer lo mismo. !Qué coraje! ni Andrea ni David salen cuando les pito, así que caminar a casa a verlos, no están vestidos. Mi hija me dice que no me preocupe que están en exámenes y que puede llegar tarde. ¿Quién le dijo a esta chica que en los exámenes se puede llegar tarde al colegio? En fin ya están listos, pero se levantó Noelia. Tendré que conducir de regreso con ella en mis piernas porque llora en el asiento de atrás. Ojalá no haya ningún vigilante en el camino.

He regresado del colegio y Noelia mi mira con ganas de jugar. Lo siento Noe, tengo que ir a trabajar. La bebe parece leerme el pensamiento y comienza a llorar. Bueno, ya te pongo los juguetes en la tina con agua tibia. Ya están, pero tengo que arreglar la casa. Entretente sola, lo hace pero por solo 10 minutos. !Qué vaina!

Bañé a Noelia y llamé a Maricela, la mujer que la cuida, le digo que traiga un chupete para que no llore cuando se esté yendo de casa. Se fue y pude hacer la sesión de hoy, al concluirla experimento esa sensación de felicidad que siento cada vez que me auto-hipnotizo.

Debo indicar que esta fue creo la primera experiencia que tuve sobre cansancio, no lo supe entonces, pero lo sé ahora que el recorrido por esas imágenes me ayudaron para erradicar el cansancio y todas esas sensaciones de impotencia de mi vida. Seis años después de la experiencia de La Nube, no sé lo que es el cansancio.