viernes, 15 de octubre de 2010

La Maldad

En un extremo de la visión, está una rubia posando como sí fuera un maniquí; en el otro extremo, es un hombre quién está en una posición similar. A primera instancia no entiendo de qué se trata la visión y como la mente siempre completa lo que no entiende, entonces asumo que son atletas que han terminado una competencia.

Justo he llegado a esta conclusión, cuando la imagen comienza a tomar vida. Efectivamente, la rubia y el hombre están corriendo, pero no están posando, están aterrados huyendo de algo que no alcanzo a ver. Y sé que están aterrados por la desesperación en sus rostros.

En el siguiente repaso de las imágenes, veo edificaciones cayéndose y todo lo que está en pie se mueve. !Es un terremoto! y es de este fenómeno que ellos huyen.

Al terminar el repaso no quedo muy convencida de lo que he visto, y ese razonamiento, hace aflojar las tensiones que tengo en mi tiempo presente y con ello se sueltan las rigideces de todo el cuerpo, especialmente las del cuello.

Justamente en el relajamiento de las tensiones, aparece la imagen de un hombre que no es el mismo que yo pensaba que era un atleta. No, éste es más alto, más fornido. Pero no aprecio bien sus facciones, estoy intentando verlo más cerca cuando la imagen del hombre se extiende, deformándose hasta adoptar la forma de lo que nosotros conocemos como Diablo.

Su sonrisa es siniestra, al verlo frente a mí, me paralizo otra vez.

Me sobrepongo al miedo y con ello aspiro que la visión siga desarrollándose, después de todo al Diablo nunca lo he visto antes en mis sesiones auto-hipnóticas. A Jesús lo he visto dos veces y a Dios, otras dos.

Pero, no, no pasa nada. Esta, como las imágenes que la precedieron se han desvanecido y no las encuentro más. Creo que he llegado solamente al cuarto o quinto repaso y sé que si no llego por lo menos a los siete, no me sentiré muy bien que digamos. Pero en mi mente ya no hay imagen que mostrar.

No recuerdo la fecha ni las motivaciones que me llevaron a esta visión, pero al Diablo lo volví a ver en otra visión tiempo después y luego no apareció más. Tampoco es que lo ando buscando, le tengo demasiado respeto como para hacer una cosa así. Sí el se apareció ese día, sus razones habrá tenido y yo ni quiero ni intento entender cuáles fueron éstas.


Bien, amigos, déjenme saber sus comentarios, a veces pienso que lo que escribo no queda claro. Les comunico mi sitio web, este es http://stellavictoria.webs.com hasta la próxima semana. Los quiero.

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